Oscar mejor banda sonora adaptada:
No ha tenido suerte la obra maestra de F. Scott Fitzgerald en su traslado al cine. Me es desconocida la versión muda de 1926 y me parece que no he visto la de 1949 protagonizada por Alan Ladd, pero las de 1974 y 2013 sin ser horrorosas me parecen decepcionantes.
La que nos ocupa hoy, la de 1974 parecía tenerlo todo para triunfar: guión de Coppola, dirección de un director prestigioso como Jack Clayton (Un lugar en la cumbre, The innocents) y la gran estrella del momento como era Robert Redford. La acogida no fue buena, se alabó el guión, pero la crítica no la puso bien y sin ser un estrepitoso fracaso no funcionó en taquilla. Siempre que la he visto, me entretiene, pero no me entusiasma, es una versión discreta.
Ganó el Oscar a mejor música adaptada. Nelson Riddle era un compositor y arreglista que trabajó con grandes como Sinatra, Ella Fitgerald y Judy Garland entre otros, e hizo un excelente trabajo mezclando temas propios con clásicos del jazz, el ragtime y otros estilos de la primera mitad del siglo XX. La banda sonora es una de las cosas más destacadas de un filme que se quedó a medio camino.
Las otras dos nominadas me parecen más interesantes: El principito y El fantasma del paraiso.
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