Si ayer comentaba que el biopic Rodin no era una hagiografía (para aclararnos, obra que se dedica a alabar las vidas de santos), este filme llamado La música del silencio es una hagiografía en toda regla dedicado a San Andrea Bocelli de la bella nota. Desconozco el grado de fidelidad a la biografía del cantante italiano que tiene la película, pero lo que veo es una sucesión de tópicos sobre superación y autoayuda de una persona discapacitada, aburrida, larguísima, con un actor procedente de Juego de tronos que me deja frío y dos actores españoles como Antonio Banderas que no sé qué pintan haciendo de italianos (y Banderas interpretando a una persona mucho mayor que él, 68 años cuando suceden los hechos). Entretendrá a los fans de Bocelli, pero es una muestra más del declive de Michael Radford, prometedor director en sus inicios (1984, Pasiones en Kenia, El cartero y Pablo Neruda), pero que desde 2004 (El mercader de Venecia) no ha vuelto a hacer una buena película.
Nota sobre 10: 2