La película ganadora del Oscar este año es uno de los grandes clásicos de la historia del cine musical: West Side story, adaptación libre de Romeo y Julieta ambientada en Nueva York y centrada en la rivalidad de dos bandas, una portorriqueña y otra de origenes varios europeos. Es actualmente la cuarta película con más Oscars, 10.
Estrenada en 1957, la obra tenía música de Leonard Bernstein y letras de Stephen Sondheim. En su adaptación al cine destacó sobretodo por sus coreografías, impactantes en su momento y que no han perdido vigencia.
Es la primera de las dos veces que el Oscar a mejor director ha sido compartido por dos personas (la segunda ocasión fueron los Hermanos Coen por No es país para viejos).
Jerome Robbins fue uno de los grandes coreógrafos de Broadway y esta fue su única película como director para cine. Una lástima que no repitiese con más películas visto el resultado.
Robert Wise es uno de los grandes artesanos del cine clásico. Ganador de otro Oscar por Sonrisas y lágrimas (ya llegaré a ella dentro de unos días), destacó en casi todos los géneros: La venganza de la mujer pantera, Ultimatum a la Tierra, Marcado por el odio, Quiero vivir, La casa encantada, El Yan-Tsé en llamas, La amenaza de Andrómeda, Hindenburg o Star Trek 1 son sus títulos más conocidos.
Fue el momento de máximo estrellato de Natalie Wood junto con Esplendor en la hierba, aunque en las cancione está doblada por Marni Dixon. Supuso el Oscar para el desconocido entonces George Chakiris (se le puede ver de extra en Los caballeros las prefieren rubias), el Oscar también para la gran Rita Moreno, y destaca también Russ Tamblyn. El protagonista masculino, Richard Beymer es lo peor del filme.
El Oscar a la mejor orquestación fue para Saul Chaplin, Johnny Green, Sid Ramin e Irwin Kostal. Está pendiente de estreno un remake dirigido por Spielberg, veremos cuándo llega a los cine con los retrasos por el coronavirus.
Podría haber puesto otros grandes momentos del filme como América, Cool, Tonight o Somewhere, pero creo que el momento más emblemático del filme es el arranque con una memorable coreografía de Robbins.
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