El conquistador de Mongolia ha pasado a la historia del cine como uno de los mayores desastres que ha dado el Séptimo arte, y no solo desde el punto de vista artístico, se le puede considerar la película más gafada y maldita de la historia.
Vista solo como película, no hay por donde cogerla. Da poco menos que risa ver a John Wayne convertido en Gengis Khan, y el guión es terrible. Fue la penúltima producción de Howard Hughes antes de que se le fuese definitivamente la olla, no se pudo despedir con peor pie del Séptimo arte.
Y lo que pasó en el plató fue peor. Rodada cerca de un lugar donde el ejército estadounidense había hecho pruebas nucleares, se calcula que 91 de los 220 participantes en el filme fallecieron posteriormente de cáncer, entre ellos el trio protagonista (John Wayne, Susan Hayward, Pedro Armendáriz) y el director (el también actor Dick Powell). Aunque no se ha podido probar que los ensayos nucleares fueran la causa de los cánceres del equipo, 91 casos parecen demasiados para ser casualidad, algún especialista lo calificó de "epidemia". A eso añadir el final dantesco de Howard Hughes autorecluido muchos años y fallecido por causas no aclaradas del todo, alguna leyenda urbana afirma que fue el primer fallecido por SIDA.
Y añadir el primero en caer: el compositor. Victor Young, del que ya hemos hablado aquí por La vuelta al mundo en 80 dias y Johnny Guitar, falleció el mismo año del rodaje de El conquistador de Mongolia, aunque no por cáncer, se le debe considerar parte de la maldición del filme. No siendo de lo mejor ni mucho menos de la filmografía de Young, creo que su banda sonora es lo único respetable del filme, tiene un potente tema principal.
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