En 1958, William Wyler dirigió uno de sus mejores westerns, Horizontes de grandeza. A pesar de convertirse en un clásico, parece que no gustó demasiado a los actores la manera de rodar de Wyler, acostumbrado a rodar un número generosos de tomas, y provocó una pelea entre el director y Peck durante varios años. La historia de un capitán de barco retirado que viaja al Oeste para casarse, se ve envuelto en la rivalidad entre dos familias y es acusado de cobardía tuvo un gran éxito, gracias a un estupendo reparto: Gregory Peck, Jean Simmons, Carroll Barker, Charlton Heston, Charles Bickford, Chuck Connors y Burl Ives, ganador del Oscar al mejor actor secundario por esta película.
Y casi todos pensamos que debió ganar el Oscar a la mejor banda sonora, que se ha convertido con todo merecimiento en una de las bandas sonoras más famosas de la historia del western, estando a la misma altura que otras míticas como Los siete magníficos, Johnny Guitar o Solo ante el peligro; nadie se explica que ganase El viejo y el mar de Dimitri Tiomkin Su autor Jerome Moross no es muy conocido para el gran público a pesar de la fama de esta partitura, destacó como compositor de música para conciertos y tiene una corta filmografía, 22 filmes, entre ellos además de Horizontes de grandeza destacan El rebelde orgulloso, Las aventutas de Hucleberry Finn, El cardenal, El señor de la guerra y El valle de Gwangi.
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