Lo que ha pasado con las carreras del director Kenneth Branagh y el compositor Patrick Doyle no acaba de tener explicación en el caso del primero y algo más en el caso del segundo. De ser dos de los mejores en los 90 a ser personajes cinematográficos del montón.
Branagh empezó muy fuerte con una estupenda adaptación de Enrique V, y siguió muy fuerte con sus adaptaciones de Shakespeare, Mucho ruido y pocas nueces, Hamlet, Trabajos de amor perdidos, más una obra de culto como Los amigos de Peter y una interesante adaptación de Frankesnstein. Pinchó con el remake de La huella y a partir de Thor se metió en el cine comercial más ramplón y no ha vuelto a levantar cabeza en la dirección, no me gustó su Asesinato en el Orient Express y no espero demasiado de Muerte en el Nilo..
Patrick Doyle si que le encuentro más explicación: sufrió una leucemia en 1997 que le tuvo muy mal, y yo encuentro un antes y un después de esa fecha: un compositor maravilloso antes de 1997 con sus trabajos con Branagh y con otros filmes como Atrapado por su pasado , Indochina o Grandes esperanzas , y un compositor muy irregular después de esa fecha, la mayoría de sus bandas sonoras posteriores de 1997 las olvido fácilmente. Una pena, viniendo de un músico que había llegado a ser muy grande, no sé si fue debido a la enfermedad o a la mala elección de películas, pero no ha vuelto a ser el que era.
Gustándome mucho sus otros trabajos con Branagh previos a 1997 y Atrapado por su pasado (volveré a ellos en algún momento de esta sección), mi favorito es Mucho ruido y pocas nueces. Banda sonora bellísima partiendo de una canción cantada por Emma Thompson y un gran trabajo de Doyle.
No hay comentarios:
Publicar un comentario