De todos los grandes directores de la Nouvelle vague, Jacques Demy es el más atípico. Es el que más ama y homenajea el cine hollywoodiense clásico, y el único que se dedica casi exclusivamente al cine musical:
Ya había destacado en 1961 con su primer largo, Lola, pero es Los paraguas de Cherburgo la que le consagra internacionalmente y por la que consigue la Palma de Oro de Cannes y varias nominaciones al Oscar. Luego vendrían otras obras maestras como Las señoritas de Rochefort, Piel de asno, Una habitación en la ciudad y Trois places pour le 26, pero la que más fama ha tenido es esta historia de amor completamente cantada al estilo de una ópera sobre la historia de amor entre una chica vendedora de paraguas y un mecánico. Todo un clásico del cine francés que convirtió en estrella a Catherine Deneuve, muy bien acompañada por Nino Castelnuovo.
Y fue también la consagración de Michel Legrand como compositor, el gran músico francés convirtió el tema principal Je ne pourrais vivre sans toi en todo un hito de la canción francesa, antes de empezar a trabajar en Hollywood y ganar 3 Oscars alli. Teniendo en cuenta que es una película completamente cantada, su banda sonora es fundamental y magistral.
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