Sospechosos habituales llegó en 1995 con poco ruido, tenía un reparto atractivo de excelentes secundarios (Gabriel Byrne, Chazz Palminteri, Peter Postlethwaite, Kevin Pollak), dos actores que prometían mucho (Kevin Spacey, Benicio del Toro) y uno que desentonaba (Stephen Baldwin siempre fue muy mal actor9, pero antes del estreno nada hacía prever que aquel filme sobre la investigación de un incendio con numerosos muertos se iba a convertir en un filme de culto y el lanzamiento de su director, su guionista, su compositor y de Kevin Spacey.
Bryan Singer, igual que Kevin Spacey, dudo que vuelva a estar en primera fila si es que no acaba algún día en la cárcel por las acusaciones de abuso sexual que pesan sobre él, pero como director tiene mucho talento. En su segundo largometraje, llevó a la perfección el enrevesado y magnífico guión de Christopher Mcquarrie, del que es mejor no desvelar nada a quien lo veo por primera vez y no sabe quien es ese Keyser Sozer que trae de cabeza a la policía en el filme y que se convirtió en un personaje icónico de la historia del cine. Singer continuó una notable carrera especialmente en el género de superhéroes hasta su despido de Bohemian Rhapsody y McQuarrie se convirtió también en director con muy buenos resultados en las últimas entregas de Misión imposible, el guionista ganó su único Oscar hasta el momento por el libreto original del filme.
Y Kevin Spacey se convirtió en una estrella hasta que la lió parda en su vida personal, en el caso de singer y Spacey, acabaron convirtiéndose en Sospechosos habituales. Ganó su primer Oscar como actor secundario, aunque visto el filme le cuadraba más estar en la categoría de principal puesto que es el alma de la película.
Y fue el lanzamiento de un excelente compositor estadounidense, que además es director y montador, su único Oscar hasta ahora es en este último apartado por Bohemian rhapsody. John Ottmam debutó en el cine con Public access, el pimer filme de Singer, y con él ha tenido algunos de sus mejores trabajos: Verano de corrupción, Valkiria, varias entregas de X-Men o el Supermán de 2006. Sospechosos habituales y su inquietante banda sonora me sigue pareciendo uno de los mejores trabajos de Ottman.
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