Tendemos a simplificar la autoría de una película diciendo que el responsable máximo es el director; hay casos que el que levanta el proyecto es un actor (hay muchos casos), un productor (Albert Broccoli es más autor que los directores en las películas de Bond) o un guionista y son más autores que el que lo firma.
Es el caso de Ray Harryhausen, Pocos recordamos quiénes son los directores de sus películas, Nathan Juran, Don Chaffey u otros artesanos que firmaron sus películas, pero casi siempre nos acordamos del mago de los efectos especiales británico, puso su sello del stop motion en lo que hizo, sus películas son casi todas obras maestras donde la historia era lo de menos, los aficionados esperábamos con gozo la aparición de sus criaturas monstruosas. Aunque King Kong fue el gran pionero, Harryhausen fue el maestro en filmes como la trilogía de Simbad, El valle de Gwangi, Furia de titanes y otras joyas.
Y la mejor de todas para mí; Jasón y los argonautas. Partiendo del mito de la búsqueda del vellocino de oro, Harryhausen hizo virguerías con sus diversos monstruitos: el coloso de bronce, la Hidra de varias cabezas y sobretodo los siete esqueletos que se enfrentan a los protagonistas en el climax final. No funcionó bien en su momento en taquilla, pero hoy es un clásico del fantástico.
Como dije antes, su director Don Chaffey es poco conocido, pero para mí no es nada desdeñable. Hizo mucha televisión, incluidos varios episodios de una serie de culto como Los vengadores, tiene otra gran película con Harryhausen que es Hace un millón de años y un buen filme de Disney, Pedro y el dragón Elliot.
Y el compositor está a la altura de Harryhausen. Bernard Herrmann ya había hecho un portento con él en Simbad y la princesa y volvió a estar sobresaliente en Jasón y los argonautas, sus temas para la hidra y los esqueletos es de lo mejor que hizo el genial músico para el cine fantástico.
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