miércoles, 27 de enero de 2021

Otras bandas sonoras: El código da Vinci

 Existen varias clases de autores de best sellers: los buenos, los regulares, los malos y Dan Brown. Muchos nos preguntamos cómo sigue siendo un superventas.

Cuando Brown salta al estrellato en 2003 no era precisamente un buen autor. Sus enigmas eran de perogrullo, de cosas que ya se sabían o era conspiranoias viejas. Su forma de narrar es muy mediocre, en pocas páginas se puede resolver el misterio que propone, siempre esconde el secreto en el lugar más evidente, sean pirámides, pentágonos u otras cosas. y el malo sorpresa de la novela se ve claro desde la primera página que aparece,  a su protagonista estrella Robert Langdon no se dónde le dieron el título de profesor de simbología para colarle lo que le llegan a colar. Y luego están sus idas de olla: los Illuminati (si siguen existiendo), el Opus,  el Palmar de Troya, la familia real española, los fabricantes de virus (si los hay) y los habitantes de Andorra se deben partir el pecho con sus delirios y sus datos erróneos en diversas novelas.

El código da Vinci es su novela más famosa y es exactamente igual de mala que el resto. Tanto buscar a María Magdalena para acabar donde acaba la pesquisa es de risa. Era de esperar que se hiciese la película, y de donde no había no se puede sacar. Ron Howard es un artesano aceptable cuando tiene material decente (Splash, Willow, Un horizonte muy lejano, Rush y su mejor película Frost contra Nixon), pero se la pega cuando no tiene un buen guión, como en la reciente Hillbilly,  muchos no entendemos el Oscar por Una mente maravillosa por delante de Robert Altman, Peter Jackson, David Lynch y Ridley Scott (y quedando fuera Baz Luhrman por Moulin Rouge)

La película no hay por donde cogerla, ni como entretenimiento sirve. Uno no se explica cómo convencieron para meterse en el embolao a actores tan competentes como Tom Hanks, Audrey Tatou, Ian Mckellen, Paul Bettany, Jean Reno o Alfred Molina. Howard mejoró algo haciendo un entretenido trhiller en Ángeles y demonios, pero se la pegó de nuevo con Inferno, aún mejorando el lamentable final de la novela sobre la amenaza de un virus. Espero que no acaben adaptando El símbolo perdido y Origen, son incluso peores que las novelas ya hechas.

Lo único decente del filme es la banda sonora, y la razón por la que he hecho el artículo. Hans Zimmer puede ser todo lo irregular que se quiera (lo es), pero tiene más idea de música que lo que sus detractores quieren reconocerle. El trabajo de Zimmer para El código da Vinci me parece muy notable, con un bello tema principal, seguiría por el buen camino con Ángeles y demonios, pero también se la pegó con Inferno.



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