En 1999, George Lucas retomó la saga galáctica con el episodio I y la lió entre los fans y los no fans. Le acusaron de infantiloide, de ocuparse más de los efectos especiales que de la historia, y ninguno soportó a Jar Jar Binks. Fue el mayor éxito del año, pero también ganadora de algún antipremio como el Yoga.
De vez en cuando vuelvo a verla y sigo pensando lo que en el año de su estreno, que es un filme irregular con más errores que aciertos, Entre los primeros, la espectacular carrera de vainas, el mejor duelo de sables laser de la saga, un gran malvado como Darth Vader, una para mí notable presentación del posterior Emperador Palpatine (con autospoiler incluido en la parte final del filme) y aciertos de casting en los casos de Liam Neeson y Ewan McGregor. Entre los mayores errores, una historia confusa (te pierdes entre la Federación de comercio, la moción de censura de Palpatine y el origen sobrenatural de Annakin), el error de casting en el niño y la errónea concepción del personaje de Jar Jar Binks, entiendo la inteción de Lucas del "tonto útil" en que se convertirá en el episodio II pero se equivoca en concepción del personaje, guión e interpretación. No estoy de acuerdo en los que la demonizan por el excesivo uso de efectos especiales y croma. no estoy en contra del croma (lo he usado como actor al igual que la transparencia clásica y no encuentro gran diferencia entre ambos) y yo no veo otra manera de hacer esta historia sin "abusando de efectos especiales.
Quien puso de acuerdo a casi todos en favor de su trabajo en el filme es John Williams. Salvo la fanfarria inicial y final, y algunas referencias lógicas a Darth Vader en el tema de Annakin, partió de cero y se olvidó de la música anterior de la saga al ser una secuela. El resultado es magnífico y en el caso de los coros de Duel of fates espectacular
No hay comentarios:
Publicar un comentario