Hammer era una productora creada en los años 30, pero es a partir de El experimento del Dr. Quatermass en 1955 cuando se convierte en un nombre clave dentro del género fantástico. Y aunque la que he comentado y La maldición de Frankenstein son títulos de culto, la más popular y la más icónica es su versión de Drácula de 1958, convierte a Terence Fisher en un director fundamental en el género y a Christopher Lee en los para mí más memorables Conde Drácula y Van Helsing de la historia del cine.
Producida por Michael Hinds y escrita por Jimmy Sangster, dotó al Conde de una sexualidad insinuada en versiones anteriores pero no tan manifiesta como aquí. Drácula Lee no acabo de saber nunca si lo que quiere es sangre, sexo, o las dos cosas, Aunque Lee se quejaba de malos guiones y de no ser fiel al libro de Stoker, no ha habido mejor chupasangres que el gran Christopher Lee. Tampoco ha tenido mejor oponente que Peter Cushing, y eso que eran grandes amigos fuera de la pantalla. Juntos o por separado han hecho varias de las mejores películas de vampiros de la historia, como este Drácula, Las novias de Drácula o Drácula príncipe de las tinieblas.
Y es la consagración del director Terence Fisher. Llevaba dirigiendo un buen puñado de películas desde 1948, que o no he visto o no recuerdo bien, pero son La maldición de Frankenstein, Drácula, El perro de los Baskerville, La momia, Las novias de Drácula, Drácula príncipe de las tinieblas y otras las que lo encumbran como maestro del cine del terror y el más famoso de la Hammer, por mucho que directores como Val Guest, Freddie Francis y otros hicieran también muy buenos filmes para el estudio.
El compositor James Bernard no es un compositor muy conocido para el gran público, pero es el que le da el gran toque siniestro a la música del cine de la Hammer, la mayoría de filmes que he nombrado tienen banda sonora suya. Su música para Drácula es uno de los mejores trabajos para el estudio.
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