miércoles, 19 de mayo de 2021

Otras bandas sonoras: Psicosis 1960

 Entre  la gente con problemas de  salud mental del que formo parte, nombrar Psicosis para muchos es nombrar la bicha, muchos la consideran el ejemplo perfecto de hacer una película estigmatizadora. . Pero este blog no va solo de salud mental, y para mí Psicosis es una obra maestra.

También la película que revolucionó el género de terror, lo cambió y le dio un nuevo impulso. Hitchcock se saltó muchas de las normas de censura del Código Hays sobre sexo y violencia e hizo un filme de terror mucho más explícito de lo que era habitual hasta entonces. Casi todo el cine de terror posterior ha reconocido su deuda con el filme de Hitchcock, no solo el slasher, aunque muchos no le perdonaron la escena en que el psiquiatra explica lo que ha pasado con Norman Bates, lo encuentran una chapuza; a mí personalmente la escena no me molesta, aunque es una de las pocas veces que Hitchcok se acoge a las convenciones del filme de intriga, le tengo cariño a este tipo de finales en filmes policíacos.

Es también el filme que con El planeta de los simios y El sexto sentido forma la trinidad del giro sorpresa, aquel giro que en las escenas finales da una sorpresa que cambia todo el filme. No era algo ni mucho menos nuevo, Agatha Christie lo utilizaba muchas veces (las más memorables, Diez negritos y La ratonera en teatro) y Clouzot habia hecho uno memorable en el género con Las diabólicas, pero el de Psicosis fue el primero que quedó más fijado en la memoria popular. Hitchcok prohibió que se pudiese entrar una vez comenzada la película para no chafar la sorpresa.

Mejor pasar un tupido velo sobre el remake de 1998. El problema no es que se copiase plano a plano (El prisionero de Zenda de Thorpe copia plano a plano también el de John Cromwell, pero no es lo mismo un plano con James Mason que con Douglas Fairbanks Jr, gana muchos enteros), el problema es que se equivoca en el uso del color y en la dirección de actores, todos hacen las peores interpretaciones de sus vidas. 

La banda sonora de Bernard Herrmann es sublime, una de las cumbres de la historia de la música del cine. Se dice que Hitchcock no estaba seguro del resultado y estaba a punto de pasar la película a su programa de televisión, y que Herrmann le convenció al enseñarle la escena de la ducha con música. No me extraña, las cuerdas de Herrmann ponen los pelos de punta.




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