Hasta que llegó su hora no alcanzó en su momento el éxito de la Trilogía del dólar, pero Charles Bronson sí que aprovechó el tirón del filme de Leone, le convirtió en una estrella en años posteriores con títulos como El pasajero de la lluvia, Los compañeros del diablo, Sol rojo, Los secretos de la Cosa Nostra, Chato el apache, Mr. Majestyck, El luchador, El temerario Ives y Teléfono, y El justiciero de la ciudad le convirtió en un icono del género tomándose la justicia por su mano. Luego llegaría la divertida y muy delirante etapa final de Cannon, que merece artículo aparte en otra ocasión.
Aunque actualmente tenga más fama El justiciero de la ciudad, mis preferidas de Bronson de los 70 son Teléfono y la que ocupa hoy el artículo, The mechanic, titulada aquí Fríamente, sin motivos personales. En ella, Bronson interpreta a un asesino a sueldo que toma como discípulo a un joven relacionado con un crimen de su pasado, tiene un arranque muy bueno sin diálogos y Bronson está en su salsa como tipo duro, muy bien acompañado por Jan-Michael Vincent. Tuvo un remake en 2011 entretenido, pero lejos de la calidad de la primera versión.
Es una de las mejores películas de Michael Winner, director británico especializado en películas de acción no demasiado apreciado en general por la crítica, pero que tiene títulos notables o interesantes en los 70 como Chato el apache, Scorpio, El justiciero de la ciudad, La centinela y alguno discutible como Detective privado, el remake de El sueño eterno con Robert Mitchum. Participó en algunas películas posteriores de Bronson en Cannon, especialmente destacada la desmadrada tercera entrega de El justiciero de la ciudad.
Tiene una notable banda sonora del excelente compositor Jerry Fielding. No es una banda sonora fácil de escuchar, dado que es atonal, pero le va como un guante al tono áspero y duro del filme.
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