viernes, 24 de diciembre de 2021

West Side story 2021

 



Viendo la versión de West Side story de Steven Spielberg, me viene a la cabeza Cabaret. La película se considera intocable, y probablemente la versión teatral también, si bien es cierto que la versión cinematográfica mejoró la teatral, eliminó algún número discutible y añadió dos memorables, My herr y Money. Pues en 1993 los entonces directores teatrales Sam Mendes y Rob Marshall se atrevieron a tocar lo intocable, le dieron un nuevo giro a la obra cambiando número. situaciones y el final y sobre todo cambiando la personalidad del maestro de ceremonias. El resultado ya es un clásico como lo fue la primera versión y se sigue representando en todo el mundo; también lanzó a la fama a Mendes y Marshall, hoy en día directores de cine, aunque prefiero el primero al segundo.

Y me viene a la cabeza porque creo que lo que hicieron Mendes y Marshall es lo que ha hecho Spielberg con West Side story. Más que tocar lo intocable, lo que ha hecho es hacer un West Side distinto, ya desde el primer e increible plano secuencia aéreo de un Nueva York que parece la Normandía de Salvar al Soldado Ryan, Spielberg cambia todo, el carácter de los personajes, las coreografías, la cronología de los números musicales, quienes los interpretan... A veces es imperfecto, el número musical inicial es menos redondo que el original y los actores que interpretan a Bernardo y a Riff no tienen el carisma de George Chakiris y Russ Tamblyn (Ansel Engort, aún estando lejos de ser perfecto sí supera a Richard Beymer, no lo tenía complicado).

Pero en lo que acierta, Spielberg sí se mide de tú a tú con el original. Creo que en la parte no musical, el guión de Tony Kushner supera el de Ernest Lehman, profundiza en el racismo y en el machismo ya presentes en la obra original, mezcla divinamente el inglés con el español (indispensable versión original, el doblaje me temo que se cargará la mezcla) y refuerza algún personaje plano como el de Tony. Saca partido a las nuevas coreografías, en el peor de los casos no se las carga (Cool es mejor en la original, pero no me molesta el enfoque nuevo del número, más cercano al musical teatral) y en algunos casos las supera, el baile en el gimnasio y America son increibles. Y logra gran partido con las actrices; Rachel Zegler está verde como actriz respecto a Natalie Wood, pero la supera cantando (más que nada, porque Wood no cantaba en la película de 1961) y su trabajo es más que notable, Ariana DeBose está a la altura de la Rita Moreno de 1961, creo que ya puede ir preparando su discurso de Oscar. Y Rita Moreno sigue siendo muy grande, lo que le ha hecho Spielberg es un regalo, le ha dado más fuerza y presencia en el guión a un personaje que era plano y muy secundario en el original, y luego le ha dado una canción mítica que no era de su personaje, una canción que en teatro e incluso en el original pecaba algo de cursi (en teatro toda la compañía vestida de blanco como cuerpo de baile en este número es lo único que no me gusta del musical) y que Moreno hace suya de manera maravillosa, nadie ha cantado Somewhere como ella, no me extrañaría verla de nuevo nominada al Oscar este año.

Por todo lo dicho, si tengo que elegir entre las dos versiones de West Side story me quedo con las dos, ambas son maravillosas cada una a su modo.

Nota sobre 10: 9

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