John Frankenheimer saltó a la fama en los 60con tres películas paranoicas. El mensajero del miedo, Siete días de mayo y Plan diabólico. Las dos primeras se convirtieron pronto en grandes clásicos, pero la tercera no tuvo muy buena acogida en su estreno, tardaría un tiempo en convertirse en película de culto y ser para muchos una obra maestra.
Quizás porque es la más extraña de las tres y la más incómoda.. Partiendo de un guión de Lewis John Carlino (director posteriormente de dos películas muy diferentes a esta, El don del coraje y Class), el filme proponía una inquientante alegoría sobre el miedo a envejecer, el culto al cuerpo y las compañías secretas con siniestros fines, centrada en un viejo banquero que por consejo de un amigo se hace una un cambio total de aspecto por parte de una misteriosa compañía. Protagonizada por Rock Hudson y el actor víctima de la Caza de brujas John Randolph, el final es uno de los más terroríficos que recuerdo.
Al clima de mal rollo y desasosiego contribuye de manera formidable la inquietante banda sonora del maestro Jerry Goldsmith. pocas veces un órgano produce el efecto que tiene en este filme la banda sonora
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