domingo, 19 de septiembre de 2021

Dune (primera parte)

 





Volví a ver la versión de Dune de David Lynch el año pasado en Phenomena, con temor de cómo la hubiese tratado el tiempo.  Se le notan los problemas de presupuesto, un montaje que va demasiado rápido a veces, y se nota que Lynch nunca ha estado a gusto en películas convencionales (El hombre elefante y Una historia verdadera no lo son aunque lo parezca), pero mantiene el nivel que le vi en su estreno de a ratos fascinante obra de culto, con soluciones en su momento muy imaginativas como la lucha de escudos, con icónicos personajes como los villanos y el interpretado por Silvana Mangano y con un protagonista que estaba algo verde, pero que acabaría siendo con Lynch un icono de la historia de la televisión con Twin Peaks. Sigue siendo, imperfecta, pero mejor de lo que se dijo en su momento.

No puedo decir lo mismo de la primera parte de la nueva versión (tal como dice en el arranque del filme, está concebida en dos partes, aunque está por ver si se hará la segunda). Es una decepción  por varios motivos.

Tiene problemas de montaje, justo los contrarios que los que tenía la de 1984. Un filme en mi opinión no puede tardar en ir al grano más de hora y media, no se puede perder en diálogos redundantes, situaciones repetitivas y exceso de explicaciones, porque queda afectado por el ritmo, aburre hasta a las ovejas. Un ritmo lento de este tipo le puede ir bien a una serie de televisión que tiene más tiempo de desarrollo, pero un filme con ese problema queda herido de muerte, el cine necesita la elipsis y la síntesis por encima de todas las cosas.

Falta imaginación, casi todo lo que veo me parece una copia de otros filmes: veo Lawrence de Arabia y Star wars en los paisajes desérticos, veo al eunuco de Juego de tronos y  al Coronel Kurtz en el personaje de Stellan Skarsgard (le copia hasta los gestos a Brando), veo Jedis en vez de los personajes de Rebeca Ferguson y Charlotte Rampling, veo Sarlacc en vez de gusanos... Veo todo tipo de copias, pero no un filme que pretenda ser original, parece un pastiche más que Dune, eso también es un defecto muy grave. Añadir que lo de los escudos en esta nueva versión es una chapuza indigna de una superproducción, se lo podían haber currado más.

Y finalmente el protagonista. Timothée Chalamet sigue dando muestras preocupantes de que solo sabe hacer un tipo de actuación, de que sigue buscando melocotones en la Toscana y de ahí no sale. Es un actor tan limitado que ya roza la parodia, no está bien en Dune y es otro defecto grave.

Por todo lo dicho, la película me parece una completa decepción, le doy un aprobado muy justito por su competente nivel de producción, pero mucho va a tener que mejorar en la segunda parte para que despierte mi dormido y anestesiado tras la película interés. Lo mejor, la banda sonora de Hans Zimmer, mal que le pese a sus detractores, es el único del filme que sabe hacer algo que se salga de lo corriente y tiene momentos muy hermosos. 

Nota sobre 10:5


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