Ahora que esta semana se estrena la última película que protagonizará Daniel Craig como James Bond, bueno es recordar la primera y la que lió antes del estreno: Casino Royale.
Barbara Broccoli ha demostrado hasta ahora tener el olfato comercial que tenía casi siempre su padre Albert, y se dio cuenta que la era de Pierce Brosnan había acabado con Muere otro día, que había funcionado muy bien en taquilla pero que se había pasado tres pueblos con las fantasmadas. Aprovechando que ya podía hacer una versión "seria" de la novela Casino Royale tras poder comprar los derechos, hizo un cambio radical en la elección de James Bond: el escogido era Daniel Craig, poco conocido actor visto en películas como Camino a la perdición, Crimen organizado e Historia de un crimen, rubio, más bajito de lo habitual en la saga y con pinta de matón o de villano ruso. Le dijeron a Broccoli y Craig de todo antes del estreno.
Todo cambió cuando se vio Casino Royale. Siempre hay gente que discrepa, pero el resultado fue una de las mejores películas Bond. Craig no era el Bond elegante y refinado que teníamos en mente hasta entonces, pero encajaba como un guante en el giro hacia un personaje más duro, más pelígroso y a la vez más vulnerable, que podía sangrar, ensuciarse, ser torturado y traicionado. Para mí es el perfecto Bond para la era pos 11 S, muy influido también por la saga Bourne. Hayan sido mejores o peores las cuatro películas hasta ahora (la quinta haré la crítica el domingo), no me imagino en estos 15 años a otro Bond que Craig, veremos si el sustituto está a la altura. Le acompañó una estupenda Eva Green, para mí la mejor Chica Bond junto a Diana Rigg, y un gran villano como Mads Mikkelsen
De las cinco bandas sonoras que compuso David Arnold para Bond, me parece la mejor y más potente, tiene además una notable canción interpretada por el desaparecido Chris Cornell y unos estupendos y muy originales títulos de crédito con autospoiler incluido: la dama de picas es sinónimo de traición o de mala carta en algunos juegos de cartas.
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