viernes, 18 de junio de 2021

Otras bandas sonoras: Las minas del Rey Salomón 1985

 Hoy es por fin el día en que hacemos la primera actuación de Nit de crims, el espectáculo teatral que h prepara cada año el Centre Cívic del Carmel de Barcelona, que estábamos preparando desde el pasado marzo y en el que colaboro como actor por tercer año consecutivo. Dado que que el tema de este año era un safari en África, había hecho un miniciclo africano compuesto por Los demonios de la noche, Hatari! y la que comento hoy, Las minas del Rey Salomón en la versión de 1985 (he utilizado en otro blog y radio Congo, la comentaré más adelante por aquí ya fuera de ciclo.) 

Las minas del Rey Salomón es una de las más conocidas novelas de aventuras africanas, creada por el escritor británico H. Riders Haggard. Su popularidad convirtió en icono a su personaje principal Alan Quatermain, tanto que se convertiría en personaje de comic en La liga de los hombres extraordinarios, comic que adaptado al cine se convirtió en la lamentable despedida del cine de Sean Connery.

Me constan cuatro versiones en cine de la novela. Creo que no he visto la de 1937 y la de animación de 1986, la de 1950 es un clásico del cine de aventuras protagonizado por Stewart Granger y Deborah Kerr. Podría haber sido la película elegida para la sección hoy, pero me apetecía  hoy ser un poco más gamberro e iconoclasta y hablar de la versión de 1985.

En medio de sus delirios de grandeza de querer convertirse en una major y en medio de sus disparatadas y muy divertidad películas de acción  con Chuck Norris, Charles Bronson y ninjas varios, Cannon no se corta un pelo y produce una versión de la novela de Haggard, que es más una copia descarada de Indiana Jones que una adaptación fiel de la novela. Evidentemente, no está a la altura de la película de Spielberg (está más o menos al nivel de alguna que hizo el rey de la serie Z italiana Antonio Margueritti), tiene los problemas habituales de presupuesto de Cannon y no se la puede tomar en serio. Pero como cachondeo grindhouse no tiene precio, tiene momentos "inolvidables" como un enorme caldero caníbal de cartón piedra y un reparto que no tiene precio ni aunque se tomen en broma: Richard Chamberlain, una casi debutante Sharon Stone, Herbert Lom y el actor de Indiana Jones y El señor de los anillos John Rhys-Davies. Para bien y para mal, es un perfecto ejemplo de cómo se las gastó Cannon en los 80, la ví de nuevo en cine el año pasado y sigue siendo una juerga.

Lo mejor, la banda sonora. Vale que Jerry Goldsmith no dudó en copiar el estilo de En busca del arca perdida, pero hasta copiando es mejor que la mayoría de los otros músicos para cine cuando son originales, su fanfarria para Las minas del Rey Salomón me parece muy buena.



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