El gran director procedente del teatro Joshua Logan se despidió del cine con una obra maestra del musical como es La leyenda de la ciudad sin nombre. Tuvo una extraña acogida de crítica y público, se considera un fracaso en EEUU, pero en España por ejemplo fue un éxito mayúsculo, probablemente debido a la historia del peculiar triángulo amoroso, y en muchos países su banda sonora fue un gran bombazo.
La historia es de sobras conocidas, nacimiento, esplendor y hundimiento de una ciudad minera en la fiebre del oro, en la que faltan mujeres y dos mineros amigos compran una de las mujeres de un mormón, formando los amigos y la mujer un triángulo amoroso. Ya el argumento (ojo, estaba por allí Paddy Chayefsky, padre de Marty y Network) es de por sí muy divertido sin las canciones, bien sustentado en el carisma de su trío protagonista: Lee Marvin, Clint Eastwood y Jean Seberg, donde no llegaba su voz llegaba el carisma de los tres. Es uno de los primeros musicales que ví y sigue siendo uno de mis favoritos con Cantando bajo la lluvia, West side story (las dos versiones), My fair lady y Sombrero de copa.
Y tiene una formidable banda sonora. El libreto y las canciones de Alan Jay Lener y Frederick Loewe son una maravilla, y nos ha dejado clásicos del musical como They call the wind Maria, Gold fever o la canción emblema y que arrasó en las listas de ventas: Wand'rin star, inolvidable en la voz ronca de Marvin.
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