El director británico J. L. Thompson vivía a principios de los 60 su mejor época con Los cañones de Navarone y con el trhiller Cape fear, aquí extrañamente llamado El cabo del terror. En él, un terrorífico criminal planea vengarse del abogado que fue decisivo en condenarle a ocho años de prisión. Basada en una novela de John H. McDonald, destaca por la memorable interpretación de Robert Mitchum, su más inquietante e icónico papel como villano después del que hizo para La noche del cazador, haciéndole la vida imposible a Gregory Peck y su familia.
Tuvo un muy notable remake en 1991, con un retorcido punto de partida: el abogado no era el que había acusado al criminal, sino el defensor que había hecho mal su trabajo llevando al criminal a propósito a la cárcel. Robert de Niro está formidable como villano aunque mucho más histriónico que Mitchum, enfrentado a la familia que forman Nick Nolte, Jessica Lange y Juliette Lewis, hija del gran Geoffrey Lewis y descubierta en esta película. En breves papeles están Mitchum y Peck, intercambiando el bando, Robert entre los buenos y Peck entre los malos.
La banda sonora es una obra maestra de Bernard Herrmann, uno de sus títulos más inquietantes fuera de sus trabajos con Hitchcock. En 1991 la adaptó otro maestro como es Elmer Bernstein.
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