Antes de ser caldo de memes y de tener legiones de haters (ya lo he dicho antes, me sigue gustando), Terrence Malick demostró con Días del cielo que lo de Malas tierras no era un caso aislado, que era otra joya de un director inclasificable. Ya daba muestras de su preciosismo visual y su estilo lento, pero narró con maestría de una pareja y la hermana de él que en 1916 se trasladan de Chicago a Texas para trabajar para un terrateniente. Fue el lanzamiento como protagonista de Richard Gere, hasta entonces secundario en filmes como Buscando al Sr. Goodbarg, bien acompañado por Brooke Adams y Sam Shepard. Ganó el premio al mejor director en el Festival de Cannes de 1978 y un merecidísimo Oscar a la mejor fotografía para Néstor Almendros, pocos trabajos recuerdo tan bellos como el del maestro español.
Lo del Oscar a la mejor banda sonora en 1978 sigue siendo inexplicable, estando Supermán, Los niños del Brasil y la que hoy ocupa este artículo uno no entiende que ganase El expreso de medianoche. El trabajo de Ennio Morricone para Dias del cielo es una obra maestra, una de las mejores que hizo en Hollywood.
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