La falta de tiempo ayer y hoy me había impedido hacer el homenaje al actor alemán Hardy Krüger, fallecido estos días. Casi siempre en papeles de duro, y fuese el villano o no, Krúger siempre tuvo un gran carisma y fue un actor excelente. Comenzó en el cine nazi de propaganda y nos deja clásicos como Un taxi para Tobruk, Hatari, El vuelo del Fénix, El secreto de Santa Vitoria, Barry Lyndon, Un puente muy lejano o Patos salvajes. Descanse en paz.
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