Hacer una astracanada de brocha gorda no tiene necesariamente que ser un problema. Gente como Mel Brooks, los Farrelly o los Monty Python no se han caracterizado nunca por la delicadeza en tratar los temas, Mariano Ozores, Louis de Funes, Abott y Costello y Terence Hill y Bud Spencer siguen siendo nombres claves en la historia del cine popular aunque los pongan a parir la crítica más sesuda, y conviene recordar que el cuplé no se andaba en miramientos con sus letras y una de las zarzuelas más famosas de la historia (La corte del faraón) era un chiste verde detrás de otro.
Lo malo es cuando se hace mal, rematadamente mal, y es el caso de esta Villaviciosa de al lado. Su director, Nacho García Velilla (¿el padre del personaje de Carmen Machi?, lo digo por el nombre de la lápida) llevaba en el filo de la navaja en sus anteriores largos (Fuera de carta, Que se mueran los feos y Perdiendo el norte), pero no había hecho un filme tan lamentable como este. La idea era jugosa, basada en un hecho real sucedido en un pueblo de Toledo en 2013: la llegada del gordo de Navidad... a un puticlub. El problema es que el guión es nefasto: una colección de chistes malísimos sobre putas, puteros, mariquitas, curas negros y tontos del pueblo (en serio, es lo que hay) que ya eran viejos cuando Paco Martínez Soria llevaba pañales en Tarazona. Un desarrollo de personajes penoso (de los que sobran unos cuantos que no aportan nada. Un ritmo inexistente (la comedia, popular, chabacana o del tipo que sea, no debe aburrir en ningún momento) y unos actores que salvo contadas excepciones (Leo Harlem, el único que parece haberse tomado en serio su personaje de alcalde putero y corrupto, y que hace una interpretación notable, y la pareja de abuelos cotillas formada por Miguel Rellán y Tito Valverde) han conocido épocas mejores... Podría seguir con más ejemplos de lo que no funciona en la película, que se convierte en un desaguisado lamentable, si querían homenajear a Ozores y otros directores de comedia española, creo que les ha salido el tiro por la culata. Si hay que salvar de la quema, solo puedo indicar a Harlem, como he dicho, y los títulos de crédito tanto iniciales como finales, me parecen muy buenos.
Nota sobre 10: 1
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