Había comenzado a preparar el artículo de esta película con vistas al especial en radio La tarantela de la próxima semana sobre política y salud mental, dado que los problemas mentales de Nixon fueron notorios (se le considera el único presidente de EEUU con visita de psiquiatra en la Casa Blanca ), pero encontré un dato demoledor en un artículo de la BBC de 2019: según un estudio psiquiátrico de 2019, el 49 % de los presidentes de EEUU han padecido algún problema de salud mental. Está claro que política y salud mental guardan bastante relación, y no solo en los recortes.
Nixon ha aparecido en muchos filmes y telefilmes, pero el más completo en mi opinión es el de Oliver Stone en 1995. No es redondo, sus tres horas y cuarto a veces se hacen algo pesadas, y hay en algunos momentos demasiado exceso histriónico, pero es un filme notable, que funciona como complemento a JFK, con un gran sentido del montaje como aquel y con dos grandes interpretaciones de Anthony Hopkins y Joan Allen, muy bien acompañado por James Woods, Ed Harris, Paul Sorvino, Powers Boothe, E. G. Marshall y un largo etcétera. No es de mis filmes favoritos de Stone, pero me parece notable.
Tiene una gran banda sonora de John Williams. Comparada con la de JFK, es mucho más siniestra y oscura, le va como un guante a uno de los presidentes más siniestros y paranoicos de la historia de los Estados Unidos.
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