Pedro Almódovar siempre ha sido un maestro de lo excesivo, tanto en lo melodramático como en lo cómico, pero creo que esta vez se le ha ido la mano en el exceso.
Es comprensible y es lo conveniente para el melodrama que los personajes tengan algún trauma en el pasado o en el presente, son necesarios para avanzar la historia. Pero cuando se les acumulan todos los traumas habidos y por haber (aquí los tienen en abundancia, no los voy a enumerar para no hacer spoiler), el melodrama empieza a rizar el rizo de lo poco creible, de lo ridículo y de tender al peor culebrón turco, hispanoamericano o donde sea. Creo que Almodóvar se ha pasado que se medía mejor en sus otros grandes melodramas.
Y a lo inverosímil, añado que el guión está desequilibrado en situaciones y personajes. La historia de las dos madres solteras tiene mucha fuerza a pesar de sus excesos, pero creo que el final pierde esa fuerza al centrarse en otro tema hasta ese momento secundario, está como metido con calzador o fuera de tiesto, tampoco le ayuda un plano final simbólico que no me convence. Creo además que los personajes de Israel Elejalde y Aitana Sánchez-Gijón, claves en la película, son algo esqumáticos y tópicos, y en el caso de Aitana no me convence su desaparición en la trama en algunas partes.
No me parece una mala película, Penélope Cruz y Milena Smit están muy bien, pero no puedo ponerla al mismo nivel que La ley del deseo., Átame, Todo sobre mi madre, Hable con ella o Volver, para mí los mejores melodramas del director manchego. Para mí es una decepción, no le veo muchas posibilidades de premios (no solo los Oscars a los que aún puede optar) salvo el caso de las actrices.
Nota sobre 10: 6
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