Jim Henson y Franz Oz se convirtieron con todo merecimiento en dos grandes de la televisión con Barrio Sésamo y The Mupeets, y en su segundo largometraje Cristal oscuro intentaron hacer un tipo de cine menos infantil y más oscuro valga la redundancia. A pesar de las buenas críticas, no acabó de funcionar en taquilla, quizás por su tono menos infantil de lo esperado en un filme de marionetas dirigido por Henson y Oz. A mí que en su estreno ya había pasado la niñez ya se me convirtió al momento en un filme de culto, ahora para muchos es un clásico esta historia del Planeta Thra, dominado por unos demonios tras la destrucción de un cristal oscuro.
De las que le recuerdo, me parece la obra maestra en solitario del compositor Trevor Jones (El último mohicano está también a un nivel superlativo, pero está compuesta a cuatro manos con Randy Edleman). Es una maravilla con unos temas increibles.
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