Desde que se reveló con la sobrevalorada y nominada al Oscar Tsotsi, el director sudafricano Gavin Hood se ha mostrado como un director discreto: cuando está inspirado, hace películas correctas (la antes mencionada, Espías desde el cielo), cuando no, hace películas bastante desastrosas (Lobezno: orígenes, El juego de Ender).
Secretos de estado es de las correctas. Se sigue con cierto interés por el tema de la Guerra de Irak (aunque la revelación de secretos ya empieza a dar sensación de déjà vu, son ya unos cuantos filmes sobre Edward Snowden, Chelsea Manning y Julian Assange, personajes mucho más jugosos que Katharine Gun) y por el excelente reparto, pero creo que le sobran minutos, no acaba de tener el ritmo adecuado, y el personaje central no es especialmente interesante. Merece más que el aprobado, pero no es un filme muy destacable.
Nota sobre 10: 6
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