Que Los muertos no mueren inaugurase el pasado Festival de Cannes solo se explica por el nombre de Jim Jarmusch, porque me parece su peor película de lejos.
Si pretendía ser un homenaje al género de zombies, no funciona, las situaciones no funcionan o son un lugar común en el género.
Si pretendía una parodia del género, también pincha. Los chistes son repetitivos y cansinos, y más parece el show de Bill Murray (por muy bueno que sea necesita buen guión y buena dirección, aquí no hay ni lo uno ni lo otro), mal acompañado por un grupo de actores excelente en otras ocasiones, pero que aquí parece hacer la guerra cada uno por su cuenta.
Si pretendía hacer un filme de metalenguaje cinematográfico, aquí es donde se le va más la olla, con actores que hablan constantemente del guión que tienen entre manos y una situación delirante y fuera de tono en la parte final de la película que me parece absurda y que no comentaré aquí para no hacer spoiler.
Por todo lo dicho, filme caótico, fuera completamente de onda y donde solo se salva el delirante papel de Tilda Swinton y la banda sonora. Una decepción viniendo de uno de los directores estadounidenses más originales en activo.
Nota sobre 10: 3
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