Que Dios nos perdone (el título de la película es una alusión a un gran fado de Amalia Rodrigues, Que Deus me perdoe, se escucha en los títulos de crédito finales), confirma que Rodrigo Sorogoyen es un director muy a tener en cuenta en los próximos años tras su estupenda Stockholm. Su nueva película es un excelente trhiller en el que dos policías con varios problemas personales (en algunos sitios los han calificado de psicópatas, no me atrevo a llegar a tanto) persiguen a un desconocido asesino de ancianas durante la visita a Madrid del Papa Benedicto XVI. El filme destaca sobretodo por un excelente guión, por su atmósfera turbia, su tratamiento bastante alejado de lo habitual en el cine español de la ciudad de Madrid (excelente la persecución por las calles cercanas al Teatro Real) y por un trío protagonista de gran altura. Antonio de la Torre sigue estando tan bien como casi siempre (aunque este año le prefiero en Tarde para la ira, Roberto Álamo borda su irascible policía (es uno de los favoritos para el Goya, aunque creo que lo tiene difícil con de la Torre y Eduard Fernández) y el actor que interpreta al asesino hace una inquietante interpretación (ya que el cartel y la publicidad no mencionan qué actor es, no lo diré, solo comentar que tiene un Goya). Como pero, que quizás los actores secundarios no están bien descritos y que la escena final fuera de Madrid me parece discutible, pero es un filme muy recomendable, de lo mejor del cine español de este año.
Nota sobre 10: 8
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