Cuando hace pocos días revise la filmografía de Fred Ward tras su fallecimiento, me llamó la atención que Remo se la considerase un fracaso comercial y que actualmente no tuviese mucha consideración entre crítica y público. Hacía tiempo que no la veía y pensé que me había traicionado el recuerdo o me podía el cariño a ella, la recordaba como un filme que había funcionado bien en videoclubs y cines de barrio y como un filme muy digno de acción.
Vista el lunes, no me ha traicionado el recuerdo. Vale, no la puedo poner en el mismo pedestal que Goldfinger y Diamantes para la eternidad, los mejores filmes de Bond que hizo su director Guy Hamilton. La trama se puede calificar de rocambolesco y algunos momentos de esquivar balas parecen un tanto ridículos actualmente. Pero la tengo que poner en su contexto del año 85 y en mi contexto de mis 19 años de entonces. Y creo que cumple con nota un entretenimiento pulp sin pretensiones (está basada en una serie de novelas pulp, la intención era hacer una saga, pero no cumplió las expectativas), Fred Ward está muy bien como protagonista, Joel Grey está genial como maestro coreano (qué poco cine ha hecho el MC de Cabaret, no lo entiendo), tiene dos grandes secundarios como Wildford Brimley y Charles Cioffi y una excelente escena de acción como la de la Estatua de la Libertad. Para mí es más que suficiente para tenerla como pequeño placer, culpable o no, de mi época de los cines de programa doble.
Creo que es la primera vez que pongo una banda sonora del compositor estadounidense Craig Safran. No es muy conocido del gran público, pero tiene una más que notable trayectoria en cine (Starfighter) y televisión (Amazing stories, Cheers). De lo que le recuerdo, Remo me parece una de las mejores en cine, su ochentero tema principal es muy potente y un pequeño clásico de la década.
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