La saga Predator (que no Depredador, como dice un momento de la película) sigue dando tumbos y sin encontrar el buen tono de la primera. La segunda era regularcilla con algún momento inspirado, los crossovers con Alien eran un desastre, la de Robert Rodríguez era muy mediocre, y esta nueva no mejora para nada las anteriores.
Yo no acabo de entender qué pretendían guionistas tan experimentados como Fred Dekker y Shane Black, si una versión paródica del Equipo A o Una pandilla alucinante enfrentados a los Predators o un homenaje ochentero de acción al primer filme de 1987. No han conseguido ni lo uno ni lo otro; procediendo de Dekker y Black, el guión es caótico, inconexo, lleno de incongruencias (no las voy a comentar aquí exhaustivamente aquí para no hacer spoiler, pero la más grave: lo que pretende el primer Predator no cuadra con sus sangrientas primeras actuaciones en el Planeta Tierra, es un contrasentido). No ayuda un reparto de muy tercera fila, con actores venidos a menos, secundarios del montón de otras sagas o actores conocidos de alguna serie (Jacob Tremblay podría haber sido el único salvable, pero su papel de niño autista capaz de entender el idioma extraterrestre es de chiste, y no muy bueno); los chistes malos, y las escenas de acción, muy flojas. Una decepción viniendo de un director como Shane Black que prometía mucho con Kiss kiss bang bang y Dos buenos tipos y que hizo un muy aceptable blockbuster con Iron man 3, y que fue mucho mejor guionista en los 80 y 90 que aquí.
Nota sobre 10: 2
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