La última bandera

44 años han pasado desde El último deber, un tanto olvidado y revalorizable filme de Hal Ashby , y su secuela, La última bandera, no es record mundial por la secuela de El mago de Oz de 1985 y por la próxima de Mary Poppins, pero casi.

Richard Linklater era el director ideal para hacerla, dada su trayectoria haciendo películas sobre el paso del tiempo (trilogía Antes del amanecer, Boyhood), y aún siendo una obra algo menor en su filmografía, no es para nada un filme despreciable. La reunión 40 años después de los dos policías militares que se llevaron de juerga a un preso, reunión producida por el fallecimiento en acto de servicio del hijo del ex preso, tiene un acertado tono crepuscular, un buen guión y tres buenas interpretaciones de Laurence Fishburne, Steve Carell y Bryan Cranston (este un tanto histriónico, pero es lógico haciendo el papel de uno de los mayores histriones de la historia del cine, Jack Nicholson, y que conste que lo de histriónico no es para mí un adjetivo peyorativo, me encantan los histriones). Le sobran quizás algunos minutos y el resto del reparto es inferior, pero me parece una película notable del siempre original Linklater.

Nota sobre 10: 7