Por mucho éxito que tuviese, y salvo la desmadrada tercera entrega (la mejor de lejos de la saga), nunca fui demasiado fan de las películas del justiciero Paul Kersey, me parece que Charles Bronson tuvo mucho mejores momentos en sus últimos 25 años de carrera.
Sin ser nada del otro jueves, y prefiriendo al gamberro Eli Roth en sus filmes de terror, el remake del primer Death wish (le han cambiado el título a la saga, que uno se pierde) me parece bastante digno. Obviaré el tema político e ideológico, y comentaré las dos aportaciones con muy mala uva que ha aportado Roth: una, muy políticamente incorrecta, convertir a Kersey en médico, retorcida vuelta de tuerca el pasar de respetar el juramento hipocrático a "dar la extreamunción a los malos a lo bruto". Otra, todavía más retorcida, mezclar el concepto de justiciero con el de superhéroe: no es casualidad que haya convertido a Kersey... en El protegido de M. Night Shyamalan poniéndole un atuendo idéntico. Roth siempre tiene un retorcido sentido del humor, y lo muestra en las dos cosas que digo, y en alguna otra como el supermercado de armas, por momentos no sé si glorifica el uso de las armaa o si está cachondeándose del mismo.
Lo dicho, políticamente incorrecta, mucho más gamberra de lo que parece a simple vista tremendamente entretenida y con un Bruce Willis que está en su salsa., bien secundado por Vincent D'Onofrio, Dean Norris y Beau Knapp. Quizás le falta algo de fuerza y le sobran algunos minutos, pero como película de acción me parece bastante respetable.
Nota sobre 10: 6
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