Quizás en otras manos que no hubiesen sido las del discreto Gary Ross (ya dije en su momento que se equivocaron al ponerlo al frente de la primera Los juegos del hambre, le venía grande,, Pleasantville me parece sobrevalorada y Seabiscuit no entiendo su nominación al Oscar a mejor película, era bastante flojita) Los hombres libres de Jones hubiese sido un filme más logrado, No es un desastre, le doy el aprobado, pero es fallida.
Entre otras cosas, porque cae en todas las convenciones de las hagiografías. El guerrillero Newton Knight, que montó su propio estado dentro de la confederación, parece que no era tan santo como aparece en la película (yo diría que en algún momento le han hecho crecer el pelo respecto a las fotos que se conservan de él, parece por momentos Jesucristo Superstar), algunos le califican de asesino y oportunista, y eso incluidos sus familiares. Pero el principal problema no es ese, el problema es la dirección de Ross, plana, lenta y aburrida para un tema que daba más de sí, y que hace que el filme sea fallido. Lo mejor, quizás, la manera que cuenta lo que no se ha contado en demasiadas ocasiones, cómo el aparente triunfo de la lucha contra la esclavitud se convirtió en más de un siglo de segregación racial en el Sur con el Ku Klux Klan campando a sus anchas, hay es menos displicente y santurrona que en el personaje de Knight, correctamente interpretado por Mathew McCounaghey, aunque no esté entre sus mejores trabajos (tampoco está afortunadamente entre sus fantasmadas. Filme correcto, nada más.
Nota sobre 10: 5
Nota sobre 10: 5
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