Vale, no son los Zipi y Zape de Escobar con los que crecimos, cosa que no tendría mucho sentido, son personajes entrañables, pero de otra época que quedarían actualmente desfasados (es uno de los errores que cometieron en la versión de 1982). Pero como espectador, reconozco que entretener, entretienen mucho, más que la primera, donde a pesar del villano que interpretaba Javier Gutiérrez, el guión era flojo y los niños intérpretes no convencían.
En esta Isla del capitán, creo que Oskar Santos ha logrado un mejor homenaje a los clásicos de su niñez, que alguno ha confundido con una copia de Harry Potter, cuando creo que los dos se han surtido de las mismas referencias: Enid Blython, Julio Verne, Peter Pan Los Goonies, Regreso al futuro, Indiana Jones, más uno muy querido de una escritora europea que no voy a comentar para no desvelar la sorpresa en dos personajes, porque el capitán no hace referencia a Nemo, es otro capitán. literario menos nombrado. Añadir una pareja de niños protagonistas más adecuados, una Elena Anaya espléndida como villana (con otro homenaje, es una sosias de la Katherine Hepburn de De repente, el último verano y dos excelentes secundarios como Gozalde Núñez y Fermí Reixach. No es perfecta, le sobran minutos en el arranque y el final, pero es un entretenimiento veraniego muy bien hecho.
Nota sobre 10:7
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