Vuelve Woody Allen a la cartelera como cada año, y como cada año vuelven los tópicos: que si está acabado (se lo debe decir el club de fans de Mia Farrow, porque se viene diciendo desde que acabó su relación, no entro en las acusaciones de la actriz, no soy juez), que si hace siempre la misma película (lo mismo que le decían a una novelista que tuvo más de cincuenta años de carrera, Agatha Christie), que si rueda de forma descuidada (si este es descuidado, no quiero pensar lo que son la mayoría de directores de blockbusters), que si solo hace postales de ciudades (pues menudas postales)...
Pues vale, que sigan sus haters con la misma monserga, pero el viejo Woody aún en sus peores trabajos tiene más talento para la comedia que el 90 % de directores actuales estadounidenses que pretendiendo hacer reir casi hacen llorar. Este Café society tiene algunos defectos, Jesse Eisenberg sigue sin convencerme como actor y no da la talla como sosias joven de Allen, la historia de los gangsters no acaba de cuajar y se puede considerar obra menor en comparación a Días de radio y Balas sobre Broadway, los filmes suyos a los que más se parece. Pero es una muy efectiva comedia romántica (que aprendan los que se han cargado el género imitando malamente a Pretty woman), perfectamente dialogada (el maestro nunca pierde el tino en los diálogos) y con un excelente reparto a excepción de Eisenberg, siendo lo mejor los dos secundarios que interpretan Jeannie Berlin y Ken Scott, los padres del personaje de Eisenberg. Estupenda fotografía del genial Vittorio Storaro. y quizás el mejor filme de un mes de agosto que ha resultado bastante patético salvo contadas excepciones.
Nota sobre 10: 7
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