Si se me permite el símil ajedrecístico, Edward Zwick es de los que prometen jaque mate, pero a la que pueden te ofrecen tablas. No tiene grandes desastres en su filmografía, pero tampoco grandes alegrías para el cinéfilo exigente, es lo que antes se llamaba un correcto artesano.
Este Sacrificio de peón (título original que prefiero al muy vulgar español) sigue por la mismas líneas del resto de su carrera. Es correcto, tiene buenas interpretaciones (especialmente Michael Stuhlbarg, Liev Schreiber y Peter Sarsgaard, menos un Tobey Maguire un tanto sobreactuado). pero no es mucho más que otro biopic sobre genio con enfermedad mental en la línea de Una mente maravillosa, cuando la personalidad de Bobby Fischer daba para mucho más que el contar el campeonato contra Boris Spassky (se cepilla en pocos minutos de epílogo lo que daba para una película entera), campeonato por otro lado bastante mal contado, un neófito en ajedrez se quedará a dos velas. Filme correcto, nada más, y encima llega con dos años de retraso (lo habitual en fracasos comerciales, supongo que debe ser porque pasado ese tiempo quedan más libres los derechos o es más barata la compra)-
Nota sobre 10: 5
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