Puede sorprender al no avisado, pero las dos fotos que encabezan este homenaje pertenecen a la misma persona. Carlo Pedersoli fue un destacado nadador italiano, el primero que bajó en su país de los 100 metros libres, y como tal participó en los juegos olímpicos de 1952 y 1956. Como Johnny Weissmuller, siendo nadador empezó a hacer papeles pequeños en superproducciones rodadas en Italia como Quo vadis.
Pero a su retirada el hombre empezó a engordar. Como era costumbre en la época del spaguetti wester, se cambió el nombre por uno americanizado, de su pasión por la cerveza Budweiser y su admiración por Spencer Tracy, decidió ponerse de nombre artístico Bud Spencer, y le emparejaron en un western con otro actor llamado Mario Girotti, conocido como Terence Hill. El western era más o menos serio, y se llamaba Tú perdonas, yo no, que formaría una trilogía con Los cuatro truhanes y La colina de las botas.
He dicho que eran westerns serios, con alguna salida al humor, cuando realmente explota la pareja cómica es con el éxito de Le llamaban Trinidad. Ahí empieza la serie de 14 películas cómicas que les hace los reyes de los cines de barrio y de los videoclubs con películas llenas de tortazos y peleas en la tradición de la pareja de payasos de cara blanca y augusto, masacradas por la crítica, pero muy queridas por los que fuimos niños en los 70 y los 80: Mas fuerte muchachos, Y si no, nos enfadamos, Dos superpolicias. , Par impar, Quien tiene un amigo tiene un tesoro y varias más hasta 1985, más una posterior que cierra el ciclo, Y en nochebuena se armó el belén. Spencer por separado también hizo un buen puñado de películas en la misma línea (Pegafuerte, Zapatones, Banana Joe), y alguna incursión más seria como el giallo Cuatro moscas sobre terciopelo gris. Cuando ya el físico y la edad no daban para más, participó en un filme español como Al límite, y lo último que le recuerdo fue un divertido anuncio de un banco donde se le homenajeaba su época dorada. Hoy nos ha dejado, descanse en paz Bud Spencer, que digan lo que quiera la crítica seria, pero el niño que sigo llevando dentro le echará de menos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario