Que esta enorme tontería llamada Joy se haya ido de los Globos de Oro con el premio a la mejor actriz de comedia resulta inexplicable, primero por lo mala que es la película y segundo porque yo no lo consideraría una comedia.
Si el sobrevaloradísimo en USA David O. Russell hubiese hecho una farsa sobre la reina de las teletiendas en USA, experta en vender fregonas y perchas, la película hubiese tenido su aquel, teniendo en cuenta en grupo de freakis que rodeaban a la dama. Pero el director se la ha tomado demasiado en serio, no hay el menor rastro de humor o ironía, ha hecho una hagiografía en toda regla, presentándola como una heroina estandarte del feminismo, cosa que ni Garci se hubiese atrevido aquí con Belén Esteban.
Y el resultado, grotesco en el peor sentido, aburrido y ridículo. Russell va a peor en cada nuevo filme, y Jennifer Lawrence va a acabar pegándosela del todo, y no solo literalmente en las galas de premios. No hay por donde cogerla la película.
Nota sobre 10: 3
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