Cuando Rocky parecía ya desaparecido del mapa tras la sexta entrega, reaparece en este spin of, reboot o lo que se quiera decir. Y lo hace a lo grande.
El aquí desconocido Ryan Coogler (su primer filme, Fruitvale station, me parece que no se llegó a estrenar aquí o lo hizo de muy mala manera) ha hecho un sentido homenaje al personaje y a la saga, pero también ha hecho una vibrante película de boxeo, ya que no era posible con el original Rocky Balboa, con la figura del hijo póstumo de su principal contrincante, bien interpretado por Michael B. Jordan, que demuestra ser mucho mejor actor que en el engendro aquel de Los 4 fantásticos. Y le regala a Sylvester Stallone probablemente la mejor interpretación de la saga y quizás de su carrera, a quien tema que el Oscar se lo van a dar más como un casi honorífico a la estrella que fue, anda muy equivocado, yo creo que se lo merece, Coogler saca petróleo de su rostro marcado por el botox y logra momentos muy emotivos del actor, que está mucho más expresivo que de costumbre, no sé si volveremos a verle en el personaje (este es capaz de dejarlo cuando lo entierren), pero si es la despedida es por todo lo alto. La música del casi desconocido Ludwig Goransson no llega a la altura de la de Bill Conti, pero es bastante aceptable.
Nota sobre 10: 7
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