Viva la originalidad y la variedad en la cartelera: tras dos Operaciones Anthopoid y dos filmes sobre Dunkerque, dos películas sobre Churchill. Teniendo en cuenta que de las seis nombradas, solo el filme de Christopher Nolan se puede considerar estadounidense y los demás europeos, me parece una peligrosa tendencia del cine europeo a la falta de ideas que tiene el hollywoodiense.
Porque viendo Churchill, y a la espera en enero de ver qué nos deparará el filme protagonizado por Gary Oldman Darkest hour, da la impresión de que es un telefilme estrenado deprisa y corriendo para aprovechar el posible tirón del otro. De desarrollo patriótico hasta decir basta, repetitivo (todo son reuniones de estira y afloja entre Churchill con su mujer, su secretaria y el mando estadounidense que no dan para tantos minutos) y con una dirección del poco estimulante director Jonathan Teplitzky (sus anteriores películas que le recuerdo son muy olvidables, Mejor que el sexo y Un pasado imborrable) ramplona y televisiva. Le doy el aprobado solamente porque tiene al frente a un actor genial y a menudo infravalorado como Brian Cox, que hace una muy buena interpretación del político británico, lo demás es olvidable, esperemos que el filme de Oldman sea mejor, aunque su director Joe Wright es capaz de lo mejor (Orgullo y prejuicio, Expiación) y de lo peor (Hannah, la versión de Peter Pan que protagonizó Hugh Jackman).
Nota sobre 10: 5
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