Siempre se dice el tópico de que segundas partes nunca fueron buenas y de que un remake no es más que una mala copia de la película original, pero la historia del cine se ha encargado de romper el tópico en un buen número de ocasiones. Siempre se pone como ejemplo de grandes secuelas El padrino II y El imperio contraataca, pero muchos olvidan una secuela anterior: La novia de Frankenstein.
Frankenstein de James Whale es por derecho propio un mito del cine de terror. Impulsó la época dorada del cine de monstuos de la Universal en los años 30, convirtió en un mito a Boris Karloff y dejó imágenes inolvidables como la de la niña y el monstruo.
Pero la secuela no le va a la zaga, para algunos incluso es superior al filme de 1931. Incide en la naturaleza humana del monstruo, obsesionado con que su creador le cree una novia, y deja otro de los personajes icónicos del cine de terror, la novia encarnada por Elsa Lanchester, actriz también protagonista del prólogo encarnando a Mary Shelley. Sin duda una de las grandes creaciones de James Whale, director demasiado olvidado para las nuevas generaciones salvo estos dos títulos.
La banda sonora de La novia de Frankenstein es obra de otro genio como Franz Waxman. Simplemente es maravillosa
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