Hay veces que en una saga literaria o cinematográfica un personaje más o menos secundario adquiere tal fuerza o carisma que se come el resto de la saga, pasa a ser protagonista de la misma, casi olvidamos a los demás personajes: ha pasado con Lestat en las Crónicas vampíricas, con Hannibal Lecter, con Jason Voorhees en Viernes 13, y con el Inspector Clouseau.
Jacques Clouseau no era el protagonista ni mucho menos de La pantera rosa, era el contrapunto cómico a los ladrones de guante blanco que intentaban robar el diamante. Pero Peter Sellers se comió al resto del reparto, y eso que estaban David Niven, Claudia Cardinale y Robert Wagner. Había nacido uno de los personajes cómicos más importantes de la segunda mitad del siglo XX.
Blake Edwards no tardó en hacer una película al servicio en exclusiva de Sellers. A shot in the dark, titulada aquí El nuevo caso del Inspector Clouseau, parte de una obra teatral de Marcel Achard llamada El idiota, no la he visto nunca y no se lo fiel o infiel que es el guión que escribieron Edwards y el autor de El exorcista William Peter Blatty. El caso es que Sellers dio rienda suelta a todo su genial histrionismo en esta parodia de las novelas de Agatha Christie (el prólogo y la resolución de quién es el asesino o asesina se las traen, Edwards es genial en el prólogo sin Sellers) y acaba de rematar su memorable personaje, casi todo lo que recordamos de Clouseau es de esta película, no de La pantera rosa. Edwards le añadió un gran antagonista como Herbert Lom, un gran secundario como George Sanders y dos grandes robaescenas como Burt Kwouk y Graham Stark. El resultado fue otra obra maestra, para mí el mejor filme de la saga, del que bebieron todos los filmes posteriores de Clouseau, fueran más o menos afortunados.
Como aquí no había Pantera rosa, Henry Mancini compuso un tema principal completamente nuevo para la película. El resultado es otra obra maestra del compositor.
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