Casi todas las películas que hizo el estudio británico Ealing son maravillosas, pero si me tengo que quedar con una es con El quinteto de la muerte, una de las cumbres del humor negro, en el que cinco atracadores que han cometido un robo perfecto y que se hace pasar por un quinteto de música encuentran la horma de su zapato en la "entrañable" anciana que les ha alquilado una pensión. La mejor película británica del director estadounidense Alexander Mackendrick, donde brillan un divertidísimo y siniestro Alec Guines, la veterana Katie Johnson y donde comenzaron a destacar Peter Sellers y Herbert Lom.
Es una de las bandas sonoras más conocidas del compositor Tristram Cary junto con Sammy huida hacia el sur y Quatermass and the pitt. Deliciosamente macabra y con un gran uso del minueto de Bocherini en las escenas de los "ensayos del quinteto de cuerda"
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