(advertencia: alguna de las cosas que comento se pueden considera spoiler; intento evitarlos, pero hay gente muy susceptible, quien quiera seguir leyendo ya sabe a qué atenerse).
Curioso que dos películas en poco tiempo como La favorita y Nosotros den mucha importancia simbólica a los conejitos (los animales, no hablo de Playboy ni de connotaciones sexuales), me están entrando ganas de declarar 2019 el año cinematográfico del conejo.
Y como la película empieza como empieza, y sigue con unos títulos de crédito con conejitos, y no me parecen casualidad, tengo que decirlo claro: no sé si el filme de Jordan Peele me propone una paranoia sobre el tema del doble o una pesadilla paranoica sobre una Alicia atrapada en el país de Lynch, Las dos opciones me parecen válidas para un filme que bebe también de uno de mis títulos favoritos de Hitchchock (sobretodo el plano final, luego lo comentaré), que es mucho más raro que lo que aparenta y que es menos redondo que lo que debiera. Jordan Peele rueda como nadie la tensión de la paranoia, pero le pierde la confusión y el exceso de minutos, su filme no es tan redondo como su anterior Déjame de salir, se muestra como un director hábil, pero no como un maestro, le queda mucho trecho que recorrer para llegar a sus referentes.
Y eso se muestra en el plano final. Tras sembrar la confusión en el climax final sobre qué significa lo que estamos viendo, acabar con una explicación "fácil" es una mala manera de resolverlo, huele a añadido en la sala de montaje. Ahí veo la influencia más clara de Hitchcock y de un filme concreto suyo, pero el genio prefirió dejarlo en la ambigüedad de no saber qué pasaba fuera de la escena central de ese final, evidentemente el resultado era mucho mejor, Peele apunta buenas maneras, eso sí, pero el final es decepcionante.
Nota sobre 10: 6
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