La trilogía 50 sombras de Grey se "completa" (no he puesto las comillas porque sí, la mayoría de críticos han olvidado que hay dos novelas más, Grey y Darkest, pueden continuar la saga con dos remakes o dos reboots, como prefiráis) se completa como era de esperar viendo las dos anteriores: haciendo el ridículo más espantoso, estoy seguro que si hay el más allá (sea el cielo, el infierno o el limbo), Sade y Masoch se deben estar partiendo de risa con esta saga de sadomasoquismo para todos los públicos.
Lo he dicho bien, para todos los públicos, las situaciones son tan poco eróticas que casi la pueden poner como película apta, no producen excitación alguna. No me pararé a comentar si es apología del machismo o de la violencia porque no vale la pena, es dar demasiada importancia a un filme que no la merece. Esto es el cuento de la Cenicienta de toda la vida cambiando zapatito de cristal por esposas y látigos, lo cual hubiese tenido su gracia en manos de Jess Franco, pero en manos de James Foley no hay por donde pillarla, carece de ironía la marciana propuesta. Añádase una "intriga" policial patética que no da ni para los títulos de crédito de un telefilme de fin de semana y unos actores a los que mandaría urgentemente a una escuela de interpretación (o a una sala de burlesque y striptease, a ver si aprenden a perder el pudor de desvestirse, enseñar las tetas de la actriz o el torso del actor no es hacer una escena erótica), y el resultado: la más lamentable película que se puede ver en cartelera, un horror mugriento, casposo y penoso. Lo dicho: espero que no se atrevan a continuar con la saga.
Nota sobre 10: 0
No hay comentarios:
Publicar un comentario