Más allá de lo que piense de él como empresario cinematográfico y de lo que ha hecho su familia con algunos de los cines históricos que ellos mismos construyeron (Urgel, el caso más grave), aquí hago los homenajes por la importancia del fallecido, no por sus aspectos positivos o negativos, y en eso hay que reconocer que Pedro Balañá fue junto con Alfredo Matas el dueño de salas cinematográficas más importante de Barcelona durante muchas décadas, propietario de salas emblemáticas como el Urgel, el Novedades, el Palacio del Cinema el Aribau, el Tívoli o el Coliseum y su anexo Club Coliseum, lo que han hecho con algunas de las desaparecidas no tiene nombre (poner un supermercado como el Urgel, dejarlas vacias como el Club Coliseum o el Palacio del Cinema, o borrar el edificio del mapa como el Novedades). Descanse en paz.
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