Hasta el mejor maestro es capaz de hacer un borrón, y eso le ha pasado a Pixar con Cars 3. No es que sea un desastrenn (para mí tampoco lo fue la 2, digan lo que digan sus detractores), entretiene y es una película muy recomendable para niños, pero adolece de lo que normalmente tienen los filmes de Pixar: un buen guión. El de Kiel Murray, Bob Peterson y Mike Rich es flojo, rutinario y muy previsible, cualquiera que haya visto un filme sobre ídolo del deporte en horas bajas se puede imaginar cómo va a acabar la última carrera. No es una mala película, ni mucho menos, pero es como si Picasso hubiese pintado la pared de su casa con pintura blanca, la hace bien, pero no es una obra maestra.
Nota sobre 10: 6
El que sí es una pequeña joya es LOU, el corto que acompaña a Cars 3. Brillante corto a ritmo de slapstick sobre un niño que hace bullying en el patio del colegio y que se encuentra con la horma de su zapato en forma de un extraño ser. Muy recomendable
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