domingo, 21 de mayo de 2017

Déjame salir



A priori, Déjame salir era otra película más  de terror de serie b producida por Jason Blum con cuatro cuartos, dirigida por un actor-director novel procedente de la televisión (Jordan Peele, ojo a este director como siga a este nivel), con dos actores protagonistas conocidillos de varias series televisivas  y con un grupo de actores secundarios vistos en muchas películas. De momento es el sleeper del año en USA, y muy merecidamente.

Pero en lo que no estoy de acuerdo en calificarlo de cine de terror. El tono del excelente guión es tan irónico y con tan mala leche que para mí es una comedia muy, muy negra, y lo digo por el tono macabro, que nadie piense que lo digo por la raza del protagonista exclusivamente. La historia del chico de raza negra con novia blanca que va a conocer a sus suegros y se encuentra a una familia muy "peculiar" es una afilada sátira sobre el racismo americano, la corrección política y otros males de la sociedad USA que no conviene desvelar, claramente inspirada en la obra de Ira Levin (las referencias a Las esposas de Stepford y a La semilla del diablo son claras, pero a un amante del teatro como yo no se le escapa una influencia todavía mayor, su obra teatral La habitación de Verónica, que creo que nunca se ha llevado al cine), con alusiones a las paranoias de John Frankenheimer (El mensajero del miedo está muy presente en todo el tema de la hipnosis) y poniendo patas arriba el punto de partida de Adivina quién viene a cenar esta noche. Gran reparto: el actor británico Daniel Kaluuya resulta muy convincente como héroe que sufre la pesadilla, Allison Williams está mucho mejor y más encantadora que en la sobrevalorada serie Girls, Bradley Whitford y Stephen Root están muy bien como padre de familia y como ciego admirador del personaje central y Catherine Keener se lleva la palma, su escena con la tacita de te promete ser un icono del actual cine fantástico, llega a poner realmente de los nervios. Por poner algún defecto, le sobran algunos excesos visuales en las escenas de hipnosis, pero es un mal menor en una gran película, un prometedor debut de Jordan Peele, al que habrá que seguir muy atentamente si mantiene este nivel en futuras películas.

Nota sobre 10: 9



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